
Una de las principales causas del envejecimiento prematuro y la aparición de ciertas enfermedades son los radicales libres. Por ello, mediante nuestra dieta, debemos preocuparnos de ingerir alimentos que eliminen estos radicales libres y nos protejan frente a determinadas enfermedades. Es el caso del agua antioxidante, por ejemplo.
Este agua ayuda a disminuir el nivel de oxidación de nuestro organismo, gracias al aporte extra en hidrógeno que contiene.
Entre los muchos beneficios de beber agua antioxidante, encontramos:
Nos ayuda a mejorar la digestión, al eliminar toxinas y evitar que se almacenen en el organismo
- Restablece el pH óptimo de nuestro organismo, promoviendo un medio adecuado para las reacciones metabólicas y evitando la proliferación de bacterias y microorganismos dañinos
- Previene la retención de líquidos. Al mantener el pH en su valor óptimo, las células no tendran que retener agua para luchas contra la acidez del medio
- Previene la aparición de enfermedades como la osteoporosis. Este tipo de agua elimina de forma más eficaz residuos sólidos como el ácido úrico, liberando el calcio presente en estos desechos y permitiendo su movilización